Consejos para controlar la chicharrita del maíz

La chicharrita del maíz, una enfermedad que históricamente se limitaba al norte del país, ha encontrado su camino hacia la región centro, generando preocupación entre los productores. Esta enfermedad, que provoca el achaparramiento del cultivo, ha proliferado debido a condiciones climáticas favorables y la migración de su vector.

Los investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) atribuyen este fenómeno a un invierno benigno, caracterizado por altas temperaturas y abundantes precipitaciones, junto con el escalonamiento en las fechas de siembra. Esta combinación ha facilitado la rápida reproducción y migración de la chicharrita del maíz, convirtiéndola en una amenaza para los cultivos de maíz en la región centro.

Investigador del INTA Reconquista, Santa Fe, señala que la enfermedad es causada por el Mollicute Spiroplasma kunkelii, una bacteria transmitida por la chicharrita Dalbulus maidis. Las elevadas temperaturas invernales han permitido la supervivencia de la chicharrita, presente en los maíces tempranos. Además, la siembra escalonada ha promovido la migración del vector, al encontrar siempre maíces en estado óptimo.

Facundo Ferraguti, coordinador de la Red Nacional de Maíz del INTA, destaca la necesidad de estrategias de manejo para controlar la enfermedad. Recomienda eliminar malezas gramíneas huéspedes y plantas de maíz guachas, así como seleccionar materiales tolerantes al insecto vector y acotar las fechas de siembra para evitar la coincidencia con los picos poblacionales de chicharrita.

En cuanto a medidas específicas, se sugiere la aplicación de curasemillas para proteger el cultivo durante sus primeros días, la elección de híbridos con buen comportamiento frente a la enfermedad y el control de los maíces voluntarios para evitar la propagación de la plaga.

Belén Bravo, investigadora del INTA San Luis, insta a los productores a estar alertas y tomar precauciones, especialmente ante la aparición de la plaga por primera vez en la provincia. Recomienda mantener los lotes libres de plantas voluntarias de maíz y monitorear las malezas cercanas para prevenir la propagación durante los meses fríos.

Optimismo en la producción de soja.

La recuperación de la humedad impulsa la soja hacia una temporada prometedora.

Las recientes lluvias han marcado un cambio significativo en el panorama agrícola, especialmente en la zona núcleo del país. La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) informa que prácticamente todas las áreas afectadas por sequías han logrado recuperarse, excepto en el centro de Corrientes, donde persiste el déficit hídrico. En particular, la estación meteorológica en Mercedes registró 8.6 mm, señalando la única localidad en la región que aún enfrenta sequía.

En el extremo sudoeste de Buenos Aires, el comportamiento climático se asemeja al de la Patagonia norte. La reserva hídrica para la soja de segunda se mantiene en niveles adecuados a óptimos, ofreciendo perspectivas positivas para esta importante fase del cultivo.

La ORA destaca el levantamiento del bloqueo atmosférico que prevaleció en la segunda quincena de enero, permitiendo la llegada de sistemas sucesivos que finalmente brindaron las tan ansiadas precipitaciones. Este cambio climático beneficioso se refleja en la región pampeana y el norte del país, especialmente en el centro-oeste de la provincia de Buenos Aires.

Alerta Roja en el Campo: Desastre Agrícola por calor abrasador que reduce rendimientos en la Soja hasta un 30%

Las altas temperaturas desatan el caos en la región núcleo, dejando a los agricultores enfrentando pérdidas considerables.

Las elevadas cifras térmicas de la última semana de enero y principios de febrero han dejado su huella en el rendimiento de la soja, con pérdidas que alcanzan hasta el 30%, según informes de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Los pronósticos son sombríos: si no se revierte la situación, las pérdidas podrían ser considerables. La soja de segunda muestra un 20% en mal estado, 60% en condiciones regulares y un 15% ya perdido. En cuanto al cultivo de primera, la mitad de los lotes están en condiciones regulares, mientras que el resto aún se mantiene en buen estado. La estimación de pérdidas por la ola de calor oscila entre el 20% y 30% en promedio, con áreas más afectadas que podrían sufrir pérdidas del 50%.

El futuro del cultivo queda en manos de las precipitaciones. La incertidumbre se cierne sobre las áreas con mejores reservas hídricas, donde las pérdidas podrían oscilar entre el 10% y el 30%. El destino de la cosecha dependerá de cuándo y cuánto llueva en los próximos días.”

Desafío Climático: Productores en Alerta por Ola de Calor y Sequía

En plena campaña gruesa, la soja y el maíz enfrentan desafíos críticos. A pesar de las estimaciones optimistas de cosechas récord, la preocupación se intensifica con la ola de calor y la falta de lluvias.

Productores de la región expresan inquietudes sobre el posible impacto en la cosecha. Ariel Bianchi, ingeniero agrónomo en San Nicolás de los Arroyos y Pergamino, advierte sobre el estrés hídrico y la ausencia de reservas de agua en el suelo, lo que podría deteriorar rápidamente los cultivos.

En Carlos Tejedor, Francisco Mendiverri relata la rápida transformación del paisaje: “La soja pasó de alcanzar la cintura a hojas secas en pocos días en un lote de 20 hectáreas”. Además, Dante Garciandia señala la escasez de agua para la ganadería y la compra desesperada de agua a precios elevados.

La situación también se complica en Trenque Lauquen, donde Matías Peluffo, productor tambero, destaca la disminución en las tasas de crecimiento de pasto debido a la falta de lluvia.

A pesar de estos desafíos, el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sugiere un panorama alentador para la soja en la zona núcleo del país, con una producción estimada de 20,2 millones de toneladas y un rendimiento promedio de 41,2 quintales por hectárea. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y los agricultores esperan lluvias en febrero para mantener el potencial de rendimiento.

La campaña agrícola enfrenta una encrucijada climática, y los próximos días serán decisivos para determinar el destino de las cosechas en el Oeste bonaerense.”